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Aljustrel: el corazón de la historia de Fátima.


Fátima es uno de los destinos de peregrinación más importantes del mundo cristiano, pero a solo 2 km del santuario se encuentra un lugar menos conocido, pero igualmente significativo: Aljustrel. Esta pequeña aldea es el lugar de nacimiento de los tres pastorcitos a quienes se les apareció la Virgen María en 1917: Lucía dos Santos y sus primos, Francisco y Jacinta Marto. Visitar Aljustrel en la peregrinación a Fátima es adentrarse en la historia de los videntes, conocer su vida sencilla y comprender mejor el contexto de las apariciones marianas.


Un viaje al pasado: la vida en Aljustrel en 1917

A principios del siglo XX, Aljustrel era una humilde aldea rural en la que la vida transcurría con sencillez. Sus habitantes, en su mayoría campesinos, trabajaban la tierra y cuidaban de sus animales. En este ambiente crecieron Lucía, Francisco y Jacinta, llevando una vida marcada por la fe, la familia y el trabajo cotidiano. A pesar de su corta edad, los tres niños tenían una profunda espiritualidad que los preparó para recibir los mensajes de la Virgen María. Su infancia estuvo llena de juegos en el campo, rezos y labores agrícolas junto a sus familias, todo en un entorno de fuertes valores cristianos.


El mensaje de la Virgen María a los pastorcitos en Fátima sigue resonando en todo el mundo. La llamada a la oración, la conversión y la penitencia ha tocado los corazones de millones de fieles a lo largo de los años. La canonización de Francisco y Jacinta Marto en 2017 por el Papa Francisco fue un reconocimiento de su entrega a la fe y de su amor por la Virgen.


Lugares de interés en Aljustrel

Aljustrel conserva sitios de gran importancia histórica y espiritual que permiten a los peregrinos comprender mejor la historia de Fátima. Además de ofrecer una visión más humana y cercana de los videntes, estos lugares invitan a la reflexión y a la oración en un entorno de gran serenidad:


Casa de Lucía dos Santos

La casa de Lucía, la principal vidente de Fátima, ha sido cuidadosamente preservada para mostrar cómo vivía su familia. Se pueden ver muebles originales, objetos personales y fotografías que ayudan a imaginar la vida cotidiana de la época. En el patio de la casa se encuentra un pozo que tiene un significado especial: según la tradición, en este lugar se apareció el Ángel de la Paz a los pastorcitos en 1916, preparándolos para las futuras apariciones marianas. Este pozo es hoy un punto de oración y recogimiento. En el interior de la casa, los visitantes pueden conocer detalles sobre la infancia de Lucía, su carácter reflexivo y su posterior camino hacia la vida religiosa.


Casa de Francisco y Jacinta Marto

A pocos metros de la casa de Lucía se encuentra la vivienda de sus primos Francisco y Jacinta. Esta casa también ha sido restaurada y conserva su estructura original. En su interior, los visitantes pueden ver objetos que pertenecieron a los pequeños santos y conocer más sobre su corta pero intensa vida espiritual. Francisco, con su amor por la contemplación y la oración, y Jacinta, con su ferviente deseo de conversión y sacrificio, dejaron una huella imborrable en la devoción católica. En la pequeña habitación donde descansaban, se pueden leer inscripciones sobre sus últimos días y las promesas de la Virgen sobre su destino en el cielo.


El Pozo del Ángel

Ubicado en la propiedad de la familia de Lucía, este pozo es un lugar clave en la historia de las apariciones. Se cree que aquí el Ángel de la Paz se apareció por segunda vez a los niños, reforzando su llamado a la oración y al sacrificio. Hoy, este sitio es un espacio de meditación y oración donde los peregrinos pueden reflexionar sobre los mensajes transmitidos en Fátima. Muchos visitantes dejan intenciones de oración y se toman un momento para interiorizar el mensaje de paz y conversión.


La Vía Sacra y el Calvario Húngaro

Un camino de oración conecta Aljustrel con la Cova da Iria, el lugar donde la Virgen se apareció a los pastorcitos. Este sendero, conocido como la Vía Sacra, sigue el recorrido que los niños hacían cuando se dirigían al lugar de las apariciones. A lo largo del camino, los peregrinos pueden detenerse en las 14 estaciones del Vía Crucis, representadas con esculturas donadas por católicos húngaros exiliados. Este recorrido ofrece una experiencia profunda de oración y reflexión, en un ambiente de serenidad y naturaleza. Al llegar al Calvario Húngaro, los peregrinos pueden admirar una cruz monumental y una capilla en honor a la Virgen, desde donde se obtiene una vista panorámica del santuario de Fátima.


Aljustrel: un lugar de encuentro con la Fe

Aljustrel es una parada obligatoria en la peregrinación a Fátima que ofrece una perspectiva más cercana e íntima de los videntes. Aquí no solo se puede conocer su historia, sino también profundizar en los mensajes de la Virgen y en la espiritualidad que marcó la vida de estos niños.

Caminar por los mismos senderos que recorrieron Lucía, Francisco y Jacinta, respirar el aire de su infancia y sentir la presencia de la fe que transformó sus vidas es una experiencia conmovedora. Es un lugar donde el pasado y el presente se unen en un testimonio vivo de la devoción mariana.


Visitar Aljustrel será una experiencia enriquecedora que te permitirá sumergirte en la historia de las apariciones y sentir más de cerca la presencia de la Virgen. Este pequeño pueblo permite encontrar un espacio de recogimiento y reflexión en medio de la vida rural portuguesa.

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